California dice adiós a su última central nuclear y la reemplazará con energía renovable
Hace unos días, la Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC) tomó la decisión de cerrar la última planta de energía nuclear del estado, Diablo Canyon. La medida representa la culminación de más de un año de esfuerzos iniciados por Pacific Gas & Electric (PG & E) en 2016. Cuando la compañía presentó la solicitud por primera vez a la comisión, pidió el cierre porque la planta había dejado de ser rentable en una red eléctrica cambiante que depende más de recursos energéticos distribuidos y flexibles como el eólico y el solar.
Con su reciente decisión, la CPUC acordó con PG & E declarar la inviabilidad económica de Diablo Canyon para operar más allá de 2025.
¿Qué implica la decisión? Específicamente, la decisión incluye las siguientes concesiones y restricciones como parte del proceso de cierre: